Peelings, limpiezas de cutis o cremas hidratantes ya no son sinónimo de belleza femenina. Atrás parecen haber quedado las épocas del hombre de rostro curtido y surcado de arrugas. Hoy ellos también quieren lucir una piel joven, tersa y lozana. Y sin perder por eso ni un ápice de su masculinidad. Si bien muchos hombres sólo se animan a experimentar en la intimidad del cuarto de baño y con los productos que utilizan sus mujeres, cada vez son más los que acuden al especialista en busca de información científica fidedigna acerca de cuidados, tratamientos y productos específicos para esa piel tan especial: la piel del hombre.
Marcadas diferencias
Hombres y mujeres son diferentes. Y su piel, el órgano más extenso del cuerpo, no podía ser ajena a esta diferencia. La palabra clave es: “testosterona”, una hormona del grupo de los andrógenos que condiciona un conjunto de parámetros físicos y psíquicos que diferencian al hombre de la mujer:
• la piel del varón es hasta un 20% más gruesa y está irrigada de manera más profusa que la femenina, por lo que requiere un mayor aporte energético;
• envejece de forma diferente y más tardíamente, al ser más rica en fibras de colágeno y elastina;
• es más grasa y muestra brillos e imperfecciones porque sus glándulas sebáceas producen el doble de oleosidad;
• transpira más profusamente que la de la mujer ya que tiene más glándulas sudoríparas.
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